Piña, hongos…los materiales revolucionarios de la moda “verde”

Algunos tejidos como el algodón o el cuero suelen estar presentes en la cuasi totalidad de nuestro vestidor. Sin embargo, la moda sostenible en los últimos años ha favorecido la aparición de nuevos materiales innovadores y siempre respetuosos del medio ambiente. Enfoque sobre tres proyectos que han marcado un antes y un después en la historia de la moda.

Piña, por favor

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La piña, saludable para el hombre y el planeta. Fotografía: Unsplash

Ante la fuerte demanda y consumo de artículos de piel, algunos diseñadores de moda sostenible han decidido buscar alternativas para respetar tanto a los animales como los humanos. Uno de ellos fue Carmen Hijosa, una diseñadora española, quien decidió lanzar, a través de su empresa ecológica Ananas Anam, el proyecto Piñatex en 2013.

Inspirada por los trajes tradicionales filipinos conocidos como «Barong Tagalog» que los hombres suelen ponerse para acontecimientos importantes como bodas, se dio cuenta de que se podía utilizar una materia prima totalmente natural para crear todo tipo de prendas. Tras más de 10 años de pruebas, consiguió una tela suficientemente resistente para crear un prototipo e implantarlo definitivamente en el mercado

¿En qué consiste?

Piñatex es un material innovador hecho a base de hojas de piñas que son directamente recogidas en plantaciones de Filipinas.

Vídeo: Pineapples could be the future of leather de The Broccoli Industry

A través de un proceso que limita al máximo el impacto medioambiental, se procede a la extracción de sus fibras en Barcelona, dando lugar a un tejido de apariencia casi similar a la tela.

La “materia prima” tiene un impacto medioambiental muy reducido ya que las hojas no requieren el uso de pesticidas o fertilizantes adicionales.

El tejido puede ser teñido como cualquier otro e incluso cambiar de aspecto según el uso que se le quiere dar. No es un producto biodegradable, sin embargo, es respetuoso del medio ambiente, produce hasta un 20% de residuos menos que la producción de cuero. Su precio, por otra parte, es más asequible que el del cuero animal (25euros/m² para el producto natural, 29 para el dorado o plateado). Casi 500 hojas son necesarias para crear un metro cuadrado. Según varias estimaciones, unos 1.000 m² de tejido Pinatex deberian venderse de aquí a dos años.

Inspirado en la marca Cradle to Cradle® de McDonough Braungart Design Chemistry, LLC, que aboga por reinventar el conjunto de los procesos industriales reutilizando todas las materias y reciclarlas indefinidamente, pretende llamar la atención sobre la necesidad de proteger el planeta de forma responsable y respetar el trabajo de los pequeños agricultores.

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Piñatex

Las setas ya no solo se comen

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Las setas pueden ser el futuro de la moda. Fotografía: Unsplash

La empresa italiana Grado Zero Espace, cuya sede esta en Montelupo Fiorentino en Toscana,  ha creado un tejido altamente resistente y de apariencia muy similar al cuero realizada a base de hongos y el llamado Muskin. Su impacto medioambiental es muy débil ya que el material es natural y su procesamiento no implica el uso de productos tóxicos.

Directamente extraído de setas, que solo se cultivan para su creación, es tratado de manera muy parecida al cuero animal pero no es contaminante ni irritante para la piel. Es totalmente impermeable, no retiene la humedad lo que evita la proliferación de bacterias. Es además biodegradable y garantiza el respeto a los animales.

Vídeo: MUSKIN VEGAN LEATHER – Mushroom leather 100% natural – Grow Wild de GZI

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Grado Zero Espace

Y…organismos vivos

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Las algas también tienen su papel en la moda. Fotografía: Unsplash

El concepto Biocouture fue impulsado por Suzanne Lee, una diseñadora pionera en la creación de ropa innovadora de lujo e investigadora del Central Saint Martins College of Art and Design de Londres. Su lema es: Cultiva tu propia ropa.

El proyecto llevado a cabo consistió en crear prendas biodegradables a través del cultivo de micro organismos vivos como la levadura o las algas.

El proceso para realizar las fibras consiste en mezclar, a menos de 30°C, té verde con azúcar, bacterias, y ácido acético. La fermentación permite, al cabo de dos semanas, obtener una tela que podrá ser tratada como cualquier otra tras secar al sol. Gracias a los biomateriales creados por estas bacterias, distintos tejidos de celulosa se forman permitiendo la creación de prendas. El tejido creado no es ni animal ni vegetal, es transformable en compost. Su único punto negativo es su poca o nula resistencia al agua.

El proyecto pretendió hacer bifurcar la moda hacia un modelo de producción “biotecnológico” que limitaría el impacto medioambiental al no producir ningún tipo de residuo.

Vídeo: BioCouture | Suzanne Lee de Crane.tv

 

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